La psicología del color

¿Por qué son tan importantes el color en la pintura y decoración?

Los colores pueden decir mucho del estado de ánimo de una persona y también de un hogar. Despiertan respuestas emocionales y son un elemento decorativo imprescindible para las diferentes estancias de la vivienda. Podemos optar por pintar nuestra casa tanto techo como paredes de color blanco, pero también podemos arriesgar con nuevos colores que sin duda no dejarán a nadie indiferente.

Pintar una vivienda es algo más que una reforma estética, es también una forma de generar un espacio confortable en el que estimular los sentidos. Desde hace muchos años, los psicólogos mantienen la teoría de la psicología del color, en la que cada color demuestra un estado de ánimo y presenta unas cualidades particulares. Es por ello, que escoger el color adecuado para cada estancia no siempre es fácil.

Antes de comenzar con los consejos de decoración para los diferentes colores, debemos saber qué sentimientos evocan cada uno de ellos. Por ejemplo, el rosa es un color muy femenino que despierta la bondad y la ternura y suele estar asociado a la infancia. El color rojo en cambio es atrevido, apasionado, un color que advierte la acción pero también el peligro, por lo que hay que tener cuidado qué pintamos de rojo y en que grado de color.

El naranja por su parte es un color creativo y muy cálido, dependiendo de su grado puede ser más o menor acogedor. El amarillo resulta un poco agresivo, especialmente si lo utilizamos en el hogar y en cambio el violeta o malva es un color muy estimulante y espiritual.

Los colores verde y azul son muy utilizados en las viviendas, tanto en la pintura como en los accesorios textiles. El verde representa la naturaleza y es el color de la esperanza. Provoca sentimientos de relajación, armonía, equilibrio y juventud. El color azul se asocia al agua y al cielo, con un sentimiento de amistad, juventud e infancia.

Tanto el verde como el azul son muy utilizados en habitaciones infantiles, colores para la relajación y reflexión. En las habitaciones de adolescentes también se utilizan estos colores y se introducen morados y naranjas. Para la habitación de los mayores puede utilizarse el color melocotón, colores cálidos y rosas que favorecen la sensación de afecto y calma.

Para el salón se recomienda el uso de colores cálidos que aporten luz y calma y para la cocina podemos introducir colores más estimulantes y llamativos como rojos, naranjas, amarillos en diferentes tonalidades, etc. Si hablamos del baño, el color azul combinado con blanco es todo un clásico, ya que no podemos olvidar que el blanco simboliza pureza, limpieza y frescor.

La elección de color es un factor importante para la decoración de nuestro hogar y combinado con los muebles y objetos decorativos oportunos, creará un clima afectivo y positivo ideal para la familia.